Allá por los años 50, tras los primeros años de postguerra, comenzó a sentirse en España un cierto aire de recuperación económica, aunque la pobreza extrema seguía percibiéndose en las ciudades y A Coruña no era una escepción. Fue por esos años cuando comenzaron los primeros planes de expansión urbana de la ciudad hacia su entonces periferia. Lo que hoy conocemos como el barrio de San Diego, A Cubela y Os Castros eran zonas de labranza y de huerta donde además exstían un importante número de asentamientos chabolistas.
El crecimiento de la urbe herculina tendía a dirigirse hacia el sudeste, siguiendo el margen de la ría hacia el interior de la misma. En los límites de la ciudad se hallaba Cuatro Caminos, una zona de linde con el antiguo ayuntamiento de Oza, que fue anexionado a principios del siglo XX por A Coruña pero que siempre mantuvo una fuerte identidad, incluso en nuestros días. Esta zona llana crecía justo al calor de las nuevas radas de la ciudad, pues la Marina se había quedado pequeña: Batería, muelle del Este, Calvo Sotelo, Linares Rivas y el último en construrse: San Diego en la década de los años 60. Los muelles se expandieron hacia la playa de Oza dónde aún se erigía una fortaleza del siglo XVI, hoy desaparecida.
Su denominación venía dada por la confluencia de varias vías de comunicación que daban acceso a la ciudad: por una parte la carretera de Eirís, que era la entrada natural a la ciudad y que conectaba la ciudad con Santiago. Por otro la carretera de Oza, que era la calle hoy denominada Avenida de Oza (antes General Sanjurjo), y que conectaba la ciudad con Os Castros y As Xubias. Además, desde aquí partía la cuesta de la Falperra y la carretera del puerto, hoy Linares Rivas, que iban hacia el centro de la ciudad. Toda esta zona era un importante nudo de comunicaciones por dónde era común ver pasar a los troles, los autobuses de propulsión eléctrica que se guiaban por las antiguas catenarias del tranvía.
Cuatro Caminos, como zona periférica que era, fue el lugar de emplazamiento de numerosas infraestructuras y también de la incipiente industria de la ciudad. Aquí se erigió la fábrica de cervezas La Estrella de Galicia, que hoy se ha trasladado al polígono de A Grela pero que conserva en el barrio su principal cervecería, un icono del ocio de la ciudad. También estuvieron aquí la sede y las rotativas del diario La Voz de Galicia, trasladadas al municipio vecino de Arteixo, así como otras industrias de embotellado, conserva o ensamblaje de vehículos comerciales. Todo ello convivía con las zonas agrícolas de la ciudad: A Cubela y Os Castros-San Diego. Todo lo que hoy conocemos como parque Europa era una inmensa zona de huertas regadas por el río Monelos, del que hoy sólo nos queda el viaducto que discurre bajo la Avenida de Oza en dirección al centro comercial.
El río Monelos hoy fluye bajo tierra a través de tuberías, pero en su día fue el centro de numeroso ajetreo de esta zona de la ciudad. Aquí se reunían las famosas lavandeiras para lavar la ropa, y por las orillas de esta arteria fluvial proliferaban las casas de aldea y terrenos de labranza con sus paisajes más propios de zonas rurales que de una ciudad, pero que daban al barrio un aire pintoresco y le imprimían una fuerte personalidad que aún hoy conserva en sus gentes y en los nombres de sus calles y plazas como Avenida de Monelos o la plaza de la Cubela.
Cuatro Caminos es hoy un céntrico barrio residencial y comercial dónde se asientan todo tipo de negocios además de sendas superficies comerciales. Fue aquella época, en la década de los 50, en la que llegaron a la ciudad a numerosas familias en busca de trabajo. Muchas llegadas de Castilla eligieron esta zona para asentarse, así como aquellas que vivían del mar y que llegaron de la Costa da Morte o las Rías Baixas para trabajar en el afamado Muro, el mayor puerto de pesca de bajura de Europa. Rápidamente esta zona fue objeto de planes constructivos de nuevas zonas residenciales, hacia la calle Caballeros y Fernández Latorre, con la construcción de nuevos servicios como grupos escolares y zonas verdes. Además, el barrio sufrirá un importante cambio en su fisionomía con la construcción del viadiucto de Alfonso Molina, que atravesaría el barrio en voladizo descansando sobre seis enormes pilares.
Cuatro Caminos es hoy un céntrico barrio residencial y comercial dónde se asientan todo tipo de negocios además de sendas superficies comerciales. Fue aquella época, en la década de los 50, en la que llegaron a la ciudad a numerosas familias en busca de trabajo. Muchas llegadas de Castilla eligieron esta zona para asentarse, así como aquellas que vivían del mar y que llegaron de la Costa da Morte o las Rías Baixas para trabajar en el afamado Muro, el mayor puerto de pesca de bajura de Europa. Rápidamente esta zona fue objeto de planes constructivos de nuevas zonas residenciales, hacia la calle Caballeros y Fernández Latorre, con la construcción de nuevos servicios como grupos escolares y zonas verdes. Además, el barrio sufrirá un importante cambio en su fisionomía con la construcción del viadiucto de Alfonso Molina, que atravesaría el barrio en voladizo descansando sobre seis enormes pilares.
Posteriormente, en Septiembre de 1986, el barrio sufriría el espaldarazo definitivo con el asentamiento en esta zona de la primera gran superficie comercial de la ciudad de la mano de la cadena El Corte Inglés, que edificaría en la calle Ramón y Cajal su primer gran establecimiento en A Coruña. Años después llegaría el centro comercial Cuatro Caminos, confrmando la pujanza de la zona que, aún con todo, seguía sin disputarle la categoría de "centro" a otras zonas de la urbe como el Ensanche o la Pescadería, dónde eran mucho más numerosos los locales de ocio y restauración.
Otro de los iconos del barrio es su fuente. Adoptada por el deportivismo como lugar mítico de reunión para festejar títulos y ascensos fue lugar de congregación en algunos de los momentos más brillantes de la historia del club coruñés, así como los de la selección española de fútbol. Quizás por su posición central, o por ser la única gran fuente existente en la ciudad, lo cierto es que la fuente de Cuatro Caminos, al calor de la iglesia de San Pedro de Mezonzo (una construcción moderna de controvertido gusto arquitectónico) se ha convertido en el centro de peregrinacón para las grandes gestas deportivas de los coruñeses.
Recientemente el barrio ha sido objeto de actuaciones enfocadas a buscar una humanización de la que no gozaba por ser un nudo de comunicaciones. El crecimiento de la ciudad hacia el sur ha dejado a Cuatro Caminos en una posición céntrica donde los vecinos pueden disfrutar de todos los servicios: restauración, ocio, bibliotecas, gimnasios, piscina, parques, comercio, transporte.., y esto ha provocado que los negocios florezcan en la zona. Poco a poco el distrito ha ido ganando habitantes, generando sinergias y viendo como se configuraban asociaciones de empresarios y vecinos que trabajan por mejorar las condiciones del barrio que a día de hoy es ya un nuevo centro de A Coruña.
Como colofón a este proceso, recientemente la antigua Real Fábrica de Tabacos ha sufrido una reforma integral para albergar parte de la Sede Judicial de A Coruña. Su entorno ya había sido humanizado previamente para abrir un espacio diáfano y crear una gran área de esparcimiento con zonas verdes, locales de ocio y restauración y juegos infantiles que le ha dado la vida al barrio. Es en esta zona donde confluyen Ramón y Cajal con la Avenida de Oza, dónde hace ahora un año se inauguró La Maroteca, un local de restauración dedicado al pescado y el marisco de la mejor calidad. Un local justo en frente del puerto que en su día atrajo a las gentes que vivían del mar, un mar que nos regala cada día el mejor producto para nuestros platos y nuestros clientes. Un local en el nuevo centro de A Coruña.